...En septiembre de 2011 me escapé a visitarla y a llevarle una sorpresa. Me había demostrado con creces que siempre estaba ahi, que era la chica con la que quería estar, asi que, negando mis principios más firmes, le pedi que se casara conmigo y le puse un anillo de mi madre que mi padre le habia regalado el día que nací yo. Lógicamente no se lo creía, y más teniendo en cuenta que yo llevaba 6 años diciendo que yo no era de los que se casa. Su respuesta fue la que todo tío quiere oír después de seis mese sin ver a su chica: “vamos a la cama”; bueno realmente ella dijo: “vamos a hacer un niño". Aunque la doctora había dicho que esperasemos un poco, la madre que toda mujer debe llevar dentro se impuso.
Yo me volví una semana antes que ella, y el día que la recogí en el aeropuerto me lo soltó en el coche (volví a pensar de nuevo en que mis soldaditos son unos campeones, claro que también me asaltaron ciertas dudas sobre si el niño saldría más moreno que yo y bailando salsa o cantando "nosa nosa, asi vose me mata").
Entre risas nos fuimos a comer con sus padres e, ignorando de nuevo al sabio que dijo que antes de dar la noticia conviene dejar pasar un poco de tiempo, se lo comunicamos, amén de lo de la boda que yo creo que les impactó más...
miércoles, 22 de febrero de 2012
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