Semanas 32-37. Ya no queda nada. Realmente no he escrito estas semanas por que ha sido ya todo bastante rutinario (salvo los detalles que os cuente a continuación). L sigue aumentando de tamaño, a decir verdad sólo la barriga, ella está genial, ha cogido el peso justo que recomiendan uno de cada diez ginecólogos. La eco del tercer trimestre refleja resultados normales, análisis normales e Íñigo ya pesa más de dos kilos.
Todo fantástico como podéis comprobar. Menos los nervios y el acongoje, que ya empieza a entrarnos. A todos. Cómo será que salgo de viaje a Pamplona y todos los familiares se ofrecen para que L se instale en su casa, no vaya a ser que se ponga de parto y no esté el padre. Ya sería mala suerte, me tiro todo el día en casa y ¿Va a nacer el único día que falto? Vamos hombre, le hago volver a nacer.
Si que hubo alguna cosilla digna de mención, como la Baby Shower (o fiesta para la mamá que diriamos aquí) que le montamos mi cuñada y yo, que estuvimos preparando dos meses y que casi nos la fastidia cuando me dijo "creo que voy a montar una Baby Shower". La quería hacer el mismo día que la nuestra. ¿Cómo te vas a montar tu la fiesta?, eso es como si un novio se organiza su despedida. Menos mal que pusimos a todas en alerta y nadie podía ir a la suya. El caso es que salió genial, vino gente de toda España y nos llenaron la casa de cosas para el enano.
Así que ya casi lo tenemos todo. Por cierto, si alguien esta en la misma situación que yo, os recomiendo "Cunas Segovia", en Alcalá 388, te buscan lo que necesites aunque no lo tengan allí mismo, y con parking, lo que se agradece por esa zona. Ya os dije que es mi blog y anuncio a quien quiero. Y ya aprovecho, echad un vistazo a prepapa.es, os aseguro que os va a gustar.
Continuemos. Respecto al embarazo en sí, creo que L ya está más que harta de barriga (aunque dice que la va echar de menos. Ella sabrá), la espalda le está matando, creemos que ha aparecido la famosa ciática, los movimientos de Íñigo ya son descomunales para colocarse y le dicen que se le está deformando la cara. Tampoco es para tanto, no os penséis que es prima del hombre elefante. En cuanto a lo de la espalda, eso si me preocupa y, más aún cuando no le han dado la baja todavía.
No es por criticar la sanidad pública ni mucho menos, pero si tu ves llegar a una mujer embarazada de 8 meses y pico, que anda como si tuviese un cactus en la entrepierna y a una velocidad de menos 3 kilómetros por hora, creo que no hará falta ser House y convocar a tu equipo de diagnóstico. Y si encima te dice que trabaja 10 horas en la misma postura, amén de conducir sesenta kilómetros diarios, pues igual no está fingiendo. En fin. Se la dan a la semana siguiente. Debió empeorar mucho en una semana. Ah! no, que cambiamos de médico.
El caso es que ya está en casa, mucho mas tranquila y con menos dolor. Eso sí, creo que se aburre un poco. El hecho de que se acerque a mi y se pare a ver como trabajo por encima de mi hombro durante un buen rato o que haya lavado toda la ropa y las sábanas del bebé como tres veces, me hacen sospechar que el cambio de superactividad a ceroactividad le está pasando factura.
Creo que os voy a dejar, a ver si lavamos alguna manopla más y ya la metemos en la bolsita que, obviamente, ya tenemos preparada por si hay que salir zumbando. Si no pasa nada raro, la semana que viene la monitorizan y ya nos confirmarán el día de la cesárea. Ya os contaré.
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Estoy encantada con estes relatos venidos de un chico. Les deseo toda la felicidad, y que el chiquitito sea solo motivos de alegría.
ResponderEliminarEspero vosotros en Brasil con el CD de Michel Teló (Nossa, nossa, assim você me mata) y con Havainas nuevas para el bebe.
Un beso,
Carina
(trabalhei con L aquí en Brasil)